Somos lo suficiente inteligentes para llegar a entender que no todo el mundo puede cambiar la humanidad, que no todos podemos ser homenajeados, recordados, celebrados e idolatrados.
Sencillamente, no podemos ser nadie ni hacer nada bueno por nadie, porque hemos crecido en un mundo lleno de mentiras y engaños. Crecemos con la televisión y sus anuncios de coches perfectos que cuidan el medio ambiente, anuncios de comidas lights que no engordan, anuncios de productos de limpieza que nos muestran como sin frotar desaparece la mancha, anuncios que nos muestra la vida del revés. Crecemos con Internet, y sus compras express. Crecemos con revistas de supermodelos 90 60 90, revistas de multimillonarios rodeados de lujos, crecemos con la perfección, inexistente entre nosotros. Créditos rápidos que dicen no tener ningún tipo de intereses.
Todo es una farsa: los coches perfectos son principalmente los primeros responsables del cambio climático, las comidas lights junto con las revistas de supermodelos son la causa de muchas anorexias o bulimias. Los productos de limpieza son la principal quiebra de las fábricas de marca blanca. Compras express de Internet que nunca llegan a su destino. Las revistas de multimillonarios son las causantes de nuestros caprichos que nos hacen pedir créditos rápidos, incluso a veces llegar a perderlo todo.
Podemos pensar que este es solo el principio, de todos los cambios que le queda aún por vivir a nuestra sociedad incontrolable de consumo. Este es nuestro mundo, nuestra gran globalización y puede que dentro de unos años sea demasiado tarde para pararlo todo.
Paula Herrera Moratalla.
